domingo, 15 de junio de 2008


Me besaste y deslizaste tu mano por entre mis piernas acariciándome las pelotas.
Yo te respondí subiendo la mía hasta tus melones
.
Nos miramos y supimos entonces que, el nuestro,
era un amor razonable..
.

1 comentario:

Tesa Medina dijo...

Un amor razonable... en un melonar cerca de un campo de tenis, imagino.

Amor bizarro, lo llamaría yo.

Besos.